Historia del Sáhara

El Sahara Occidental, es un país del norte de África calificado como territorio no autónomo por las Naciones Unidas. Su extensión es de 266.000 kilómetros cuadrados y su población es de unos cientos de miles de personas. El territorio está actualmente dividido por un muro de más de 2.000 kilómetros plagado de millones de minas antipersonales que incluso invade Mauritania. La zona al oeste del muro constituye el territorio ocupado por Marruecos. La potencia ocupante explota las riquezas del territorio (pesca, fosfatos, arena, agricultura de invernadero). Al este, se sitúan  los territorios liberados durante el conflicto bélico por el pueblo saharaui. La población se encuentra repartida entre dichas zonas, los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf (sudoeste de Argelia) y la diáspora en otros países, fundamentalmente Mauritania y España.

El Sahara Occidental es un territorio que limita con Marruecos al norte, con Argelia al este, con Mauritania al sur y al este y con España al oeste..

En 1975 fue invadido por Marruecos y Mauritania al amparo de un acuerdo internacional ilegal concertado por estos dos países con la potencia administradora del territorio, España, para negar al pueblo saharaui su derecho internacionalmente reconocido a la autodeterminación y a la independencia.
Tras la retirada de España en 1976, Marruecos y Mauritania formalizaron una partición del territorio. En 1979, Mauritania se retiró del Sahara Occidental. En 1975 el pueblo saharaui, representado por el Frente Polisario, inició una guerra contra la ocupación para defender su derecho a la autodeterminación y a la independencia. En 1991, las Naciones Unidas aprobaron un Plan de Arreglo, acordado por las dos partes del conflicto, Marruecos y el Frente Polisario, para poner fin a la guerra y organizar un referéndum de autodeterminación para elegir entre la independencia o la integración en Marruecos. La monarquía marroquí ha obstaculizado hasta hoy la celebración de dicho referéndum.

A) Territorios ocupados
En la actualidad, Marruecos ocupa unos dos tercios del territorio. No hay cifras fiables sobre población. Según el censo marroquí de 2014, en el conjunto del territorio vivirían unos 500.000 civiles y 180.000 militares. En todo caso, hay dos cosas claras: Primera, la inmensa mayoría de los habitantes de las zonas ocupadas no son originarias del Sahara Occidental: colonos, policías y personal de administración venidos de Marruecos en diversas oleadas desde la Marcha Verde con el doble objetivo de modificar el componente étnico original y de poder influir en un futuro referéndum de autodeterminación. Distintas fuentes calculan en 1 a 5 la proporción actual entre población saharaui y marroquí.. La segunda cuestión es el rápido crecimiento poblacional del territorio.
El censo español de 1975 afirmaba que en el territorio vivían unos 74000 saharauis y cerca de 20000 extranjeros. En 2004 el mismo censo oficial marroquí admitía un 40% menos de población. Como ejemplo,  El Aaiún tiene, siempre según el censo oficial marroquí, 217 732 habitantes frente a los 179542 de 2004 o los 30000 del censo español en 1975. La población se asienta en las principales ciudades, El Aaiún (capital), Dajla, Bojador, Ausserd, Smara, (la ciudad santa fundada antes de la colonización) y el nomadeo tradicional ha desaparecido prácticamente debido a los controles militares y al peligro de las minas.
Estas zonas ocupadas por Marruecos se sitúan al oeste del muro defensivo que divide el territorio de norte a sur. El muro es el resto más notorio de la guerra de liberación nacional que libró el Frente Popular de Liberación de la Saguia el Hamra y el Río de Oro (Frente POLISARIO) desde su fundación en 1973, primero contra la ocupación española y luego contra Mauritania y Marruecos. Se extiende a lo largo de más de 2.500 km y fue construido con la ayuda de Israel, EEUU y Arabia Saudí entre 1981 y 1986 para contener las incursiones del ejército saharaui contra las posiciones militares marroquíes y los principales recursos, como las minas de fosfatos en Bu-Craa o la pesca. Además del ingente despliegue de equipamiento logístico y tecnológico militar que encierra, se calcula que en su entorno hay sembradas cerca 7.000.000 de minas.

B) Los campamentos de población refugiada
Unas 165.000 personas viven refugiadas en cinco grandes campamentos o wilayas (provincias), que reciben los nombres de las principales ciudades que quedaron ocupadas por la invasión marroquí: El Aaiún, Smara, Auserd, Bojador y Dajla. Estos, a su vez, se dividen en municipios o dairas, que también reciben el nombre de otras poblaciones o zonas del Sáhara Occidental. Por último, cada daira se divide en barrios.
Esta división tiene su origen en la formación de los campamentos, cuando se optó por mantener a las poblaciones alejadas entre si para evitar la propagación de epidemias. Además, esta división facilita la administración de los campamentos, así como la provisión de los diferentes bienes y servicios. Inicialmente, el Frente POLISARIO y las autoridades argelinas pensaron en levantar los campamentos al este de la ciudad argelina de Tinduf, altamente militarizada, por motivos defensivos. Sin embargo, para quienes habían sufrido los bombardeos de Um Draiga y otros campamentos en el interior del Sahara, resultaba traumático escuchar el tráfico de la aviación argelina, por lo que se decidió trasladarlas 150 kilómetros al sur y crear el campamento de Dajla. Bojador pasó a tener la categoría de wilaya solo en diciembre de 2011. Antes era un asentamiento alrededor de la Escuela de Mujeres «27 de febrero». Este campamento, sin embargo, es el único que dispone de suministro de electricidad y ha crecido considerablemente en los últimos años. Las comunicaciones entre wilayas han ido mejorando poco a poco durante la última década, e incluso el viaje a Dajla se puede hacer por carretera en la actualidad. Por último, las administraciones públicas, los Ministerios del Gobierno de la RASD, los almacenes para la ayuda humanitaria las sedes de las organizaciones populares, así como las instalaciones de las principales agencias y ONGs presentes en terreno, se ubican en la zona de Rabuni. Esta capital administrativa también acoge una cantidad considerable de tiendas, talleres mecánicos y otros servicios.

Después de la evacuación del Sáhara Occidental por el ejército español en noviembre de 1975 y de la simultánea invasión por los ejércitos marroquí y mauritano, miles de saharauis tuvieron que huir de sus hogares para refugiarse en la hammada de Tindouf, en Argelia, o en las regiones más recónditas del Sáhara Occidental. Desde entonces, se hallan los refugiados saharauis en este lugar, auxiliados por la ayuda internacional.

Actualmente, la población refugiada en los Campamentos de Refugiados de la región de Tindouf está repartida en cuatro campamentos llamados Wilayas o provincias: Smara, Aaiún, Auserd y Dajla. Éstas están organizadas, a su vez en dairas o municipios, cada una de los cuales se subdivide en barrios.

En 1991 el ACNUR cifraba la población de los campamentos 173.000 personas. La mayoría de la población de los Campamentos Refugiados está constituida por mujeres y niños; la mayor parte de los hombres están movilizados en las zonas liberadas. En estas zonas, una parte de la población civil continúa aún nomadeando.

Desde el punto de vista organizativo, todo adulto que vive en los campamentos ha de pertenecer a uno de los cinco comités existentes:

1. Comité de Salud, integrado por un subcomité de profesionales con función asistencial y otro de salud preventiva que se responsabiliza de aspectos relacionados con la salubridad de las aguas, ambiente, información sobre campañas de vacunación…

2. Comité de Educación, que comprende un grupo encargado de los asuntos de guarderías, escuelas primarias, etc., y un segundo que tiene a su cargo temas relacionados con el bienestar de los niños y los programas de alfabetización de adultos.

3. Comité de Suministros, integrado a su vez por:

  • Un Subcomité que incluye un grupo encargado de la distribución de las raciones de alimentos de acuerdo con las necesidades establecidas. También distribuyen el gas para cocinar, ropa y tiendas de campaña. La mayoría de estos productos proceden de la ayuda internacional. La producción propia cubre las necesidades de huevos y, muy parcialmente, las de hortalizas. La Media Luna Roja Saharaui está representada en este subcomité en el ámbito de Daira.
  • Un Subcomité que se encarga de explicar el valor nutritivo de los alimentos y su preparación en los casos en que estos no se corresponden con la dieta tradicional saharaui.

4. Comité de Desarrollo Económico o Producción. Este comité esta formado por los dos subcomités siguientes:

  • Un grupo a cargo de la producción de artículos de artesanía.
  • El Comité de Desarrollo Agrícola, formado por un grupo a cargo del trabajo en las granjas o huertos. Según la demanda, moviliza los grupos especiales necesarios para ayudar en la preparación de la tierra, la siembra, escarda y cosecha en las distintas granjas.

5. Comité de Justicia y Asuntos Sociales, integrado por el Comité de Justicia, en el que se halla «el Khadi» y un grupo de mujeres y hombres que tienen a su cargo los asuntos judiciales, como matrimonios y divorcios, y el Comité de Asuntos Sociales que se encarga de la organización y preparación de actos sociales; ofrece servicios a minusválidos y ancianos e interviene de mediador en pequeñas disputas.

Todos los Comités y Subcomités mencionados son administrados y dirigidos por las mujeres en sus respectivas dairas. Las cinco directoras de Comité se reúnen por lo menos dos veces al año y rinden cuentas a la persona responsable en la Daira. El Consejo Local de cada Daira está integrado por la persona a cargo de la Daira, las cinco directoras de los Comités, una representante de la Asociación de Mujeres y un representante de la Asociación Juvenil.

Siendo huéspedes del Estado Argelino. los saharauis poseen la libre disposición de la tierra y de los recursos hídricos de la zona en la que están instalados. La actividad económica es básicamente colectiva. Cada trabajador o trabajadora ofrece su participación voluntaria durante un periodo.

En los últimos años se ha ensayado una incipiente economía de mercado basada en los escasos excedentes de productos no básicos mediante la instalación en cada Wilaya de una pequeña «tienda» donde puede gastarse el escaso dinero que circula en los campamentos.

La vida cotidiana en los campamentos saharauis es producto de la situación particular de un pueblo en refugio desde hace veinte años, con sus hombres en la guerra, en un lugar donde reina la ausencia total de todos los medios.

La actividad de la mujer en un día laborable comienza con los rezos, a lo que sigue el amasar el pan y preparar el té (desayuno tradicional de la familia que supone un aporte de glucosa en cantidad estimable).

Los niños menores de doce años que todavía permanecen la jaima asisten a las clases que se imparten en la escuela de la Wilaya. Los mayores de esa edad se encuentran escolarizados en uno de los internados.

Muchas de las mujeres salen de la jaima a la vez que los niños y niñas para dirigirse a las tareas que tienen asignadas: guarderías, escuelas, ,dispensarios, trabajo en los  comités, etc…

A la vuelta de sus tareas externas las mujeres se ocupan de la preparación de la comida en el recinto adosado a la jaima que hace la función de cocina.

El acarreo del agua para usos domésticos es otra tarea realizada normalmente por las mujeres. El agua ha de transportarse en pesados bidones desde el pozo o el depósito de la daira hasta la jaima.

Las TUISAS, hoy campañas populares, son trabajos comunitarios que reúnen en un mismo esfuerzo a un grupo de refugiados, herencia de una vida nómada en la que la comunidad aseguraba la vida, y la individualidad la muerte. Todo se desarrolla aquí en un esfuerzo común.

Un ejemplo de estos trabajos es la construcción de ladrillos, en la que las mujeres excavan el suelo, abren trincheras, transportan el agua que ligará la tierra arcillosa, y moldean los ladrillos en grandes prismas rectangulares que se cocerán durante algún tiempo al sol.

Otros ejemplos de estos trabajos colectivos son el trabajo en las huertas, el acarreo de agua, el cuidado de los rebaños, o el reparto de la comida.

El pueblo saharaui es muy amante de la poesía, trasmitida por vía oral. Tradicionalmente el oficio de poeta ha pasado de padres a hijos. Los cantos típicos son de alabanza al Profeta y religiosos, cantos de temas cotidianos, poemas y cantos de amor, chistes, etc.

La música y las danzas saharauis incorporan decorados y ritmos africanos, melodías moriscas y gestos asiáticos. Las danzas son acompañadas por un tambor hecho de madera y piel tensada (tebal) que se tocas con las manos y de la guidra que se toca con palillos, acompañándose de palmas y del vibrante y agudo grito de las cantadoras (inxid).

Uno de los principales acontecimientos culturales y de diversión de los Campamentos es la celebración de los Festivales de la Juventud a finales del verano. Durante estos festivales las canciones tradicionales se unen con instrumentos ajenos a la cultura saharaui incorporados por las nuevas generaciones.

Algunas diversiones de los tiempos de paz se conservan, como el parchís y el sig, un antiguo juego árabe, que se practica sobre la arena utilizando como fichas palitos y piedras o excrementos secos de camello.

Los objetos de la industria artesanal saharaui son producto de consumo a la vez que vehículo de una expresión artística particular. Se realizan en diversos materiales: piel curtida, madera, cobre, lana, esparto, plata. etc.

Los objetos tienen valor decorativo y utilitario: joyas, tapices, cofres, objetos domésticos, esteras, sillas de montura, bolsos,… Las formas y las decoraciones son a base de figuras geométricas, arabescos, y formas vegetales.

En la actualidad esta artesanía constituye un mensaje de la problemática política, incorporando los símbolos más representativos de la lucha liberadora. Se ha hecho corriente, además, la utilización de restos de armamento y municiones de las batallas para fabricar distintos objetos, como testimonio y denuncia de la guerra.

Esta tradicional virtud árabe se muestra en numerosas costumbres saharauis. La mujer ha de cocinar siempre unas raciones de más, por si se presentase a cualquier hora un vecino, amigo o conocido al que hubiese que dar de comer.

El té y su ritual es, así mismo, la ceremonia con la que se recibe a un visitante o pariente y, a pesar de su carácter de pueblo nómada, los utensilios del té nunca se abandonan; constituyen incluso la prenda más querida de todo ajuar saharaui.

La preparación del té, tiene un ritual muy característico y es imprescindible respetarlo. Se hace en tres rondas, siendo el primer vaso amargo como la vida, el segundo dulce como el amor y el tercero suave como la muerte. El rito del té tiene su lenguaje particular. Por ejemplo, cuando una persona te ofrece el vaso con un discreto giro en la palma de la manó eso significa que le atraes.

Es una obligación la visita diaria a los vecinos más próximos y familiares cercanos, si están enfermos o necesitan ayuda.

Durante los primeros tiempos de refugio, a las penalidades derivadas de la guerra y del exilio, se sumaron los estragos de las enfermedades y epidemias que provocaron una gran mortalidad, sobre todo entre los niños y niñas.

La población saharaui superó esta dificilísima situación mediante la auto-organización y el desarrollo de una estructura preventiva de base que resulta modélica. La alimentación y la prevención e higiene, unidas a un importante esfuerzo en formar a la población en estas materias, explican el éxito en este campo, dentro de las condiciones de escasez y penuria de los campamentos.

Depende en un porcentaje muy importante de la ayuda de organismos internacionales (ACNUR, PAM, UE, ONGs). Cada familia recibe al mes una cantidad de alimentos básicos (azúcar, té, harina, arroz, lentejas, aceite y leche en polvo), proporcional al número de miembros que la componen. La responsabilidad del reparto corresponde a los ancianos ya las mujeres jefas de Comité de Suministros de cada Daira.

Hay, además, aportes extraordinarios de las ayudas internacionales: sardinas, atún, dátiles, pasta y quesos.

En estas condiciones, se ha dado la máxima importancia a una adecuada y ordenada distribución de los alimentos -por medio de los Comités de Suministros, en los que participa la población y que existen en todas las dairas- y al desarrollo de la agricultura, primero, y de la ganadería después, para producir alimentos frescos que completen la dieta procedente de la ayuda humanitaria, carente en estos productos.

Hoy en día existen alrededor de 70 hectáreas de cultivos hortícolas, un gran centro avícola y una incipiente ganadería ovina y camellar que combina los sistemas tradicionales de pastoreo nómada con el régimen de estabulación.

A falta de alimentos frescos para toda la población se da prioridad a los sectores de población más débiles en como lactantes, ancianos, embarazadas, enfermos, etc.

La estructura de atención sanitaria se basa en la prevención y en la participación del conjunto de la población. Los Comités de Salud son la base del sistema. En cada Daira existe un pequeño dispensario y en cada Wilaya un hospital que funciona como centro de Salud Primaria. El Hospital Nacional es el centro de referencia para los casos más graves y dispone de instalaciones quirúrgicas donde trabajan no sólo profesionales saharauis, sino también cooperantes extranjeros a través de diversos proyectos de cooperación.

La RASD. ha dado preferencia a los programas de cooperación en el campo de la salud. Los programas de vacunación y alimentación infantil han sido prioritarios. Junto a ellos, y ante la ausencia de especialistas saharauis, se ha potenciado la cobertura de la asistencia terciaria por medio de delegaciones sanitarias extranjeras que operaban en los campamentos.

En la actualidad los esfuerzos en el campo de cooperación, además de los logros en alimentación y prevención, se dirigen a potenciar la salud primaria y la formación, que deberán seguir siendo los puntales básicos del sistema de salud saharaui

Quizás sea en el campo educativo donde la RASD. ha logrado uno de los éxitos más espectaculares a nivel interno. Pasar, en diez años, de una tasa de analfabetismo de 72’55% a la total escolarización de la población de 3 a 16 años, constituye un hito pocas veces alcanzado, y menos si tenemos en cuenta las desfavorables condiciones que en principio derivan de una situación de guerra, de falta de programas escolares autóctonos y de inexistencia de cuadros educativos, como herencia de un pasado colonial que muy poco se había preocupado de estos temas.

La situación reflejada en el censo de 1974, al final de la colonización era la siguiente:

  • Escolares: 4.862 (6’5%)
  • Estudiantes: 911 (1’2%)
  • Carreras medias: 11 (0’01 %)
  • Carreras superiores: 27 (0’03%)

Estos datos coinciden con los del Ministerio de Enseñanza y Educación de la RASD, que estima que el personal cualificado que quedó tras la retirada del Estado español era la siguiente:

  • 1 médico (que no finalizó sus estudios)
  • 1 perito
  • 4 maestros
  • 25 estudiantes universitarios.

Esta situación obligó al Frente Polisario desde su constitución en 1973, a pesar de todas las trabas y dificultades que se imponían, a crear escuelas clandestinas y campañas de alfabetización en el campo y las zonas liberadas.

En 1978 se creó el Ministerio de Enseñanza y Educación. Los resultados son evidentes: 5.500 titulados superiores; 7.500.titulados en Formación Profesional; 6.000 estudiantes en el extranjero, casi todos en enseñanzas medias; más de 25.000 alumnos de enseñanza Primaria y Secundaria y casi 15.000 en Preescolar.

La estructura educativa actual es la siguiente:

  • Guarderías para los niños de hasta tres años y de cuatro a seis años. Como en cualquier otro lugar, los niños aprenden jugando, cantando y participando colectivamente en las actividades con otros niños. Estos centros son atendidos totalmente por educadoras y maestras.
  • Educación primaria, desde los siete a los trece años. Equivalente a la E.G.B. española. A partir del tercer curso la lengua y lectura en castellano son asignaturas obligatorias. Se estudia en colegios de daira, al lado de las jaimas.
  • Educación secundaria, desde los trece a los dieciséis años. Intermedio entre la E.G.B. y el Bachiller, como preparatorio de este último. Se realiza en uno de los centros que al efecto se han construido: el «9 de Junio», con capacidad para 1.500 estudiantes y el «12 de Octubre», con una cabida máxima de 2.500 alumnos.

Formación Universitaria. Depende exclusivamente de los convenios culturales y de relaciones de amistad y solidaridad internacional que la RASD. establece con los países que la reconocen. Para determinar los estudios a seguir se combina un triple criterio: el deseo personal del alumno, sus posibilidades reales y las necesidades sociales.

Educación especial. Existe un centro para el tratamiento de los jóvenes disminuidos físicos, la mayoría víctimas de los bombardeos o de la poliomielitis, que funciona en régimen de internado. Al mismo tiempo, un aula para los disminuidos mentales permite su enseñanza adaptada.

Uno de los aspectos que más destaca sobre todos los adelantos que ha supuesto la revolución es la enorme revalorización del papel de la mujer. La Escuela «27 de Febrero» es el estandarte de la formación femenina para la gestión de los campamentos, siendo las mujeres las que han llevado todas las responsabilidades de las wilayas durante la guerra. En 1976, ninguna mujer saharaui había podido acceder a estudios superiores. Esta situación ha cambiado notablemente, mediante el acceso por igual a la educación de niños y niñas, la coeducación y la posibilidad de realización en el extranjero de estudios superiores.

(SPS) Con una longitud de 2.720 kilómetros, levantado en seis etapas, guarnecido por 160.000 soldados armados, 240 baterías de artillería pesada, más de 20.000 Kms de alambre de espinos, miles de blindados y millones de minas antipersonas prohibidas por las convenciones internacionales, el »muro o defensivo» marroquí, conocido ahora por el nombre de «muro o de la vergüenza», es una gran muralla que divide a todo un pueblo y su territorio desde hace un cuarto de siglo mientras lo sabe toda la comunidad internacional.

Se trata de una fortificación militar que ha causado centenares de víctimas a un lado y a otra de sus costados, entre ellos civiles saharauis que quisieron atravesarlo o miles de animales en busca de pastos.

Vigilado por docenas de radares de largo y medio alcance, apoyado por aviación militar, con miles de carros blindados, missiles, cohetes, artillería pesada y bombas de racimo, este «crimen contra la Humanidad» sigue desafiando a todo el mundo con sus minas, alambre de espinos, fosos, armas de todo tipo, municiones y soldados.

Levantado en 1980 para dividir el Sáhara Occidental y separar a las familias, estas son las principales etapas de su construcción, que costó millones de dólares, y su mantenimiento cuesta otro tanto.

    • 1er muro: De 500 Kms de largo, se empezó a construir en agosto de 1980 y se acabó en junio de 1982, para englobar lo que Marruecos llamó en la época »el triángulo útil». Se extiende desde Ras El Janfra a Bojador pasando por Jreibichat, Ras Lehmeira, Tuereght, Smara, Sekne y BuCráa. 
    • 2º muro: Con una distancia de 300 Kms, los trabajos de este muro comenzaron en diciembre de 1983 para terminarse en enero de 1984. Salía del sudoeste de BuCráa hasta englobar Amgala y Tuereght.
    • 3er muro: En la parte nordeste de la Saguia el Hamra, con una longitud de 320 kilómetros, su construcción comenzó en abril de 1984 para acabarse en mayo del mismo año. Salía de Zaak hacia Ratmia, englobando aún Odei Teichitt, Echdeiria y Hausa.
    • 4º muro: Con 380 Kms de largo, este muro salía de Taref Buhenda hacia Lebreiga pasando por Lebtana, Uarkziz, Mahbes, Farsia, Rus Ben Ameira, Graret El Kercha y Graret Lehdid. Fue comenzado en diciembre de 1984 y se terminó en enero de 1985.
    • 5º muro: Sobre una distancia de 670 Kms, esta muralla se extiende desde el sudoeste de Amgala hacia Labeirda pasando por J’beilat El Bidh, Gor Lafkah, Taref Abda, Taref El Mejenza, Negjir, Uad ElHauli, Tayaret El Heimer y Imlili. Cuatro meses fueron necesarios para su construcción, de mayo a septiembre de 1985.
    • 6º muro: A lo largo de 550 Km, este último muro fue construido de febrero a abril de 1987. Debía empezar desde Taref El Mejenza para acabarse cerca de El Guarguerat, en la costa atlántica, atravesando Tenuakka, Tenyalig, Dumes, Tadheruret, Glaib Tair Allal, Guelb Edhlim, Aadham El Aaguer, Laguer Labiadh y Baruaga, rodeando las ciudades del sudeste como Ausserd, Tichla y Bir Gandús.

    * Tipos de minas instaladas en el Sáhara Occidental

    Tipo de mina País fabricante Tipo de detonador

    • VS-50 Italia detonador A/P/C plástico
    • M412-P5-SB-33 Portugal, España, Italia detonador A/P/C plástico
    • M35 Inglaterra detonador A/P/C plástico
    • M2 USA A/P de fragmentación
    • M15 USA detonador A/P mineral
    • M19 USA detonador A/P plástico
    • PRBM3 Bélgica detonador A/P plástico
    • M453-SB81 Portugal, Italia A/P de fragmentación

    Las bombas de racimo fabricadas en Estados Unidos son lanzadas por aviones Mirage F1 en las diferentes incursiones de las Fuerzas Armadas Reales.

    Además están las bombas de 250 a 950 kg, lanzadas por los aviones F 5, con detonadores retardados, sobre una gran parte del territorio para sembrar la muerte y el terror entre la población rural y diezmar el ganado. (SPS).

Las Fiestas Nacionales Saharauis están recogidas en el artículo 129 de la Constitución de la República Árabe Saharaui Democrática, aprobada por el VII Congreso del Frente Polisario el 19 de junio de 1991.

Las fiestas son las siguientes:
· 27 de febrero, proclamación de la RASD
· 8 de marzo, primer mártir
· 10 de mayo, nacimiento del Frente POLISARIO
· 20 de mayo, iniciación de la lucha de liberación nacional
· 9 de junio, día de los mártires
· 17 de junio, día de la insurrección
· 12 de octubre, fiesta de la unidad nacional